jueves, 11 de abril de 2013

ÉRASE UNA VEZ....Punta del Diablo


Érase una vez....
Un lugar donde los días pasaban a ser maestros años,
los problemas se convertían en fina arena que se la llevaba el viento,
no existían los ídolos porque cada un@ construía su propia vida,
la naturaleza tenía el papel protagonista,
el horizonte se escondía tras campos de colas de zorro,
la vida giraba alrededor del surf y el surf giraba la vida,
no se fumaba maría sino flores,
los amaneceres despertaban conciencias,
los atardeceres llevaban al nirvana si se escuchaban con atención.

Érase una vez un lugar donde el mar se compartía con alegres toninas,
lobos marinos que bailaban al ritmo de las corrientes
y tortugas que amenizaban las esperas entre ola y ola.

Un lugar donde el amor abrazaba dulcemente mientras decía... "sé libre, yo te acompaño",
la sonrisa de la Luna iluminaba más que el gran Sol,
la palabra Divin@ cobraba sentido,
la inspiración soplaba hacia el mar peinando las olas,
la creatividad pintaba de colores largos silencios,
la espiritualidad se reflejaba en una gran Laguna Negra,
su luz se cristalizaba en piedras de cuarzo blanco.

Un lugar donde las lecciones de sabiduría eran delicadas caricias que hacían estremecerse,
donde el conocerse a un@ mism@ era inevitable,
donde se vivía compartiendo porque era la única forma real de vivir.

Un lugar donde el miedo a lo desconocido no tenía cabida.
Un lugar donde lo desconocido resultaba familiar.

Érase una vez personas que ya conocía,
Érase una vez un lugar que ya conocía.
Érase una vez.....PUNTA del DIABLO.

sábado, 2 de febrero de 2013

CABO POLONIO


 LA VIDA ENTRE VELAS, VIENTO Y ESTRELLAS.

Había oído hablar mucho de Cabo Polonio cuando saboreaba mi recta final en Barcelona. Me contaban que era un pequeño lugar sin electricidad, con un bonito faro y rodeado de lobos marinos. Y así es. Funcionan con velas y/o generadores, el faro es uno de los más bonitos que he visto y la reserva de lobos marinos es espectacular.






Lo que nadie me contó fue que al llegar al Cabo, el reloj se detiene. Olvidas de dónde venías y lo que andabas buscando.







Todo empezó en Valizas cuando planeábamos el viaje. Me preguntaron si prefería hacer la ruta en coche o caminando. Al yo contestar: "caminando" me respondieron: "Daaale, son 3 horas". Y allá fuimos.
Empezamos a bordear los ranchos (casitas de madera de 2 plantas) hasta llegar al río. Nos contaron, que unos días antes, un chico casi se ahogó al intentar cruzar el arroyo y que nos aconsejaban pagar 20 pesos no llega a 1euro) para que nos llevara el bote.


Me sorprendió ver el riachuelo. No podía creer las historias que había sobre él. Era un arroyito de menos de 4 metros de ancho y aparentemente con poco caudal, pero, una vez empezó a animarse gente a cruzarlo, lo entendí todo. La corriente del arroyo era tan potente que en el momento que paraban de nadar una milésima de segundo, los arrastraba mar a dentro. Por eso siempre habiá un socorrista vigilando que no pasara nada.


















Visto lo visto, pagamos los 20 pesos, como auténticos burgueses, y 3 segundos después alcanzamos la tan ansiada orilla.

















Delante nuestro se levantaban inmensas dunas de arena blanca y fina. Majestuosas. Bellísimas. Un paisaje desértico bañado con las olas del océano y el agua dulce de río. Un espectáculo que había visto en fotos, quizás del Sahara, pero en Uruguay???









Su elegante ondulación hacía que llegar hasta la cima fuera un placer nada costoso.
No podía enlazar frases coherentes, solo se me llenaba la boca con palabras sin sentido pero llenas de admiración.






Al llegar a la segunda cima de la duna más alta pude ver el Tridente del Diablo: Cabo Polonio, Valizas y Punta del Diablo. Otro espectáculo para la vista. Nos sentamos a contemplar el paisaje y a tomar aire.
















A partir de ahí, nos dimos cuenta de que teníamos compañeras de viaje. Dos golondrinas nos acompañaron todo el camino entre las dunas. Nos parábamos y se paraban mirándonos. Caminábamos y arrancaban a volar. Así, hasta llegar a la playa.



Tres horas después de salir de Valizas llegamos a Cabo Polonio. El lugar con más colorido y más sonrisas por metro cuadrado que he conocido nunca.
















Nos dio la bienvenida un aguacero relámpago parecido al que me mojó en Sao Paulo y en Montevideo. Empiezo a acostumbrarme, igual que los artesanos que exponen sus obras de arte en el suelo y sin techo.


Decidimos resguardarnos en una chocita-restaurante. Allí compartimos mesa con unos gurises (chicos), que nos amenizaron la larga espera de un chivito y una milanga de pescado, contándonos lindezas de la noche cabo-poloniana mientras sonaban Los Beatles gracias a un un argentino y su guitarra.
Después de la abundante comida en la chocita, nos dirigimos hacia la reserva de lobos marinos justo al lado del faro. Los enormes animales descansaban encima de la las rocas limadas por el viento. No se movían. Descansaban. Alguno resoplaba de vez en cuando. Hacían el amago de moverse dirección al agua pero en seguida cambiaban de opinión y volvían a reposar el pesado cuerpo bajo el sol.




Ver lobos marinos es una experiencia muy atractiva. impresionan los primeros 10 minutos pero después es un espectáculo bastante monótono.











Nos contogiamos con tanta pereza lobezna y decidimos ir a la lomada de la montaña donde pudimos disfrutar de las vistas más bellas de toda mi vida. Playa Sur a nuestros pies, caballos trotando por la orilla, un cielo estampado con blancas nubes y un pintor a nuestras espaldas plasmando en un lienzo todo ese paisaje.







Las horas pasaban sin que nos diéramos cuenta y no teníamos ningún lugar donde pasar la noche. Así que decidimos ir al hostel La Cabaña donde estaban unos amigos. Si el de Sao Paulo me hizo sentir como en casa, este me enamoró desde el primer momento.


Nancy y Marco es una pareja con dos hijos de 8 y 6 años que decidieron montar un hostel alejado del pueblo pero en frente del mar. El ambiente que hay es especial demás. Familiar, fiestero, alegre, colorido.



 Siempre hay amigos de la pareja que hacen que el pueblo quede en un segundo plano y que el hostel parezca un universo entero. Buenas conversaciones, muchas risas, asados, baños en el mar y gente de cualquier parte del mundo.




Cabo Polonio tiene muchos encantos, pero como casi siempre pasa, el mayor, es su gente. Gente que se autogestiona entre ella construyendo las casas, compartiendo lo que cada uno tiene y ayudándose en los trabajos. Gente que vive el día y la noche de una forma respetuosa y consciente.
Hay una minoría que va de vacaciones al Cabo y sigue funcionando como en la ciudad. Solo una minoría. La mayoría es atraída por el gran magnetismo del Cabo y para, reflexiona. Como me dijo un uruguayo residente en Barcelona que conocí en el hostel: "si vienes al Cabo con algo pendiente, ten por seguro que aquí saldrá de alguna forma u otra". Esta frase serviría para casi toda Rocha. Mi interpretación fue que el Cabo es sinónimo de naturalidad, simplicidad. Si llegas con alguna capa superficial y te dejas llevar, una simple conversación o un silencio pueden hacer que ésta desaparezca.


El camino de vuelta a Valizas fue mucho más corto ya que decidimos hacerlo en linea recta y campo a través. El paisaje dunar de la ida me dejó sin palabras por su apariencia desértica en frente del mar, pero el de vuelta me impresionó por su vegetación. Caminamos siguiendo el río y dejando las dunas a nuestra derecha hasta llegar de nuevo al famoso arroyo. Esta vez su caudal había bajado y pudimos cruzarlo a pie y sin problema alguno. 



jueves, 31 de enero de 2013

15 DÍAS.


Mirar, aprender, soñar, compartir los sueños, fluir y construir.
Hoy día 31, hace 15 días que llegué a Uruguay. Y el balance es tan positivo que he decidido quedarme por mucho tiempo. Al menos eso es lo que me gustaría porque ya se sabe, mejor que planear, es disfrutar el camino.
Mi primer destino fue Montevideo. La aproximación en el avión me recordó a Coruña y Barcelona. Es una mezcla de estas dos ciudades en las que dejé mucha gente querida y bonitos recuerdos.
Mi estancia en la capital fue corta pero intensa. Cuatro días en los que me reencontré con un gran amigo, Paquito, conocí a españoles que estaban empezando una nueva vida igual que y sobretodo me dio la oportunidad de aproximarme a la ciudad y su gente.
  
 Pero sabía que ese no era el momento de estar en una ciudad tan grande. Necesitaba otra rutina que no fueran coches, ruido y contaminación.
Las dos primeras noches me quedé en una casita preciosa en la que vivían tres españolas situada en el barrio Parque Rodó. El propietario pedía 8000 pesos (320 €). Yo no estaba por la labor de pagar esa barbaridad, así que pagué dos noches y me fui de invitada a casa de un amigo en la ciudad vieja. Una noche solamente ya que al tener tan claro donde quería estar, el cuarto día compré un billete de bus dirección a Valizas y allá fui. Mi compañera de butaca hablaba por el movil cuando de repente dijo una frase que me quedó grabada: "Ya sabes, Rocha te levanta de todo" Rocha es un departamento costero que contiene pequeños balnearios (pueblos turísticos) donde la mayoría de uruguayos, algunos argentinos y otros brasileños van a veranear.
Así que llegué a Valizas donde me esperaba el Toni, otro gran amigo que conocí en Coruña y unas gallinitas correteando por las calles de tierra.
                                                  
Valizas es un pueblito con casas bajas a las que llaman ranchos y su población se casi triplica en verano gracias a los turistas pero sobretodo a los artesanos. La calle principal está llena de puestos donde se venden o truecan auténticas obras de arte, se ven actuaciones muy buenas de clown, percusión y música en general.





                                       
Valizas tiene el encanto de la artesanía y además es un sitio bellísimo, playas larguísimas de dunas, mucho colorido y gente muy natural.
                             
La primera noche en Valizas me sentí como en casa ya que al llegar al rancho estaba parte de la familia de Toni, la cual me acogió como una más. Charlamos, reímos y cocinamos una empanada de corbina que habían pescado ellos mismos el día anterior.
                            
Al día siguiente arrancamos para el Cabo Polonio, el cual merece una entrada solo para él aunque únicamente estuvimos una noche.
El cuarto día hicimos una caminata preciosa por la playa hacia Aguas Dulces. Un balneario que se encuentra entre Valizas y Punta del Diablo, que este último también merece otra entrada enterita porque pasaron muchísimas cosas.
                                 
Del día en Aguas Dulces me quedo con el camino siguiendo la orilla y el momento de exploradores que nos dio por adentrarnos por un riachuelo imaginándonos acampar en esos terrenos.
                                
Lo que más me impresionó de este balneario fue la cantidad de graffittis que hay en todas partes.

               

A la mañana siguiente preparamos una mochila con una muda de recambio y nos fuimos a Punta del Diablo a pasar un par de días. Esos dos días se fueron alargando tanto que nos quedamos una semana y yo he empezado a buscar trabajo para quedarme una temporada.
Ahora estamos de vuelta a Montevideo porque hoy jueves 31 son las famosas LLAMADAS! Un concurso de cuerdas de tambores que dan inicio al carnaval. Todo el mundo me ha dicho que es un espectáculo que no me puedo perder. Es tal la cantidad de tambores que tocan a la vez que todo el cuerpo vibra de una manera , eso dicen. Ya os contaré, continuará...... :)


ADIÓS.


Hace casi dos meses de estas líneas...

Duele dejar a alguien por vivir un sueño.
Duele conocer mis sentimientos.
Duele renunciar a ellos,
al amor,
a ti.
A la inspiración que cada día me hace sonreír,
que me empuja a vivir intensamente,
a saborear la vida como si no hubiera otra.
Duele saber que una decisión implica una renuncia.
Duele sentirse culpable.
Duele no poder disfrutar de mi propio sueño.
Duele saber que este dolor no es solo mío.
Duele querer tanto.
Duele tener que decir ADIÓS.

miércoles, 16 de enero de 2013

SAO PAULO


La experiencia de Sao Paulo fue increíble. Mágica. Lo que pintaba como una simple escala, acabó siendo un día muy intenso. Pero luego os cuento todos los detalles. Ahora voy a hacer una mica de turista. Y no os saltéis los párrafos que os veo....


Barcelona me enseñó miles de cosas. Una de ellas fue, que las ciudades no se recuerdan por sus monumentos, playas o bares, sino por las personas con las que compartes y descubres sus rincones.
Sao Paulo era la primera ciudad brasileña que visitaba y mis expectativas eran bastante altas. Pensándolo bien, me sorprende la adoración que le tenemos los europeos a este país de dulce y sensual acento. Es mera publicidad? O es la realidad? Mi idea sobre el país y sobre su gente se resume en alegría, vitalidad y buena onda. Y Sao Paulo, de primeras, me varió un poco esa visión superficial y facilona que tenía de ellos.
Todo empezó cuando escuché "Bienvenidos a Sao Paulo". Ahí me saltó una lagrimilla sin querer. Pero, imaginaos cómo estaba yo nada más bajar del avión....ACABABA DE ATERRIZAR EN BRASIL!!! Quería gritar, reír, abrazar a todo el mundo... Pues me quedé con las ganas...para decirlo de alguna forma, diré que a la gente le costaba bastante sonreír.
Más tarde, comentándolo con la gente del hostel lo comprendí todo: Recordáis cómo estabais los que trabajasteis en agosto mientras todo el mundo estaba de vacaciones y colgando fotos en la playa tomando mojitos? Pues aquí sería lo mismo. Ahora es verano y los trabajadores no es que estén muy a contentos atendiendo cara al público. A Sao Paulo no sé si volveré porque, sinceramente, la ciudad no me atrajo mucho, pero a Brasil espero y deseo poder volver.
                           

Cosas que me sorprendieron de Sao Paulo:
- El metro: recién aterrizada cogí el metro y creo que era hora punta. Aquello era una auténtica jungla. Todos corriendo, pa'rriba, pa'bajo, empujones para entrar en el vagón. Parecía un vídeo del metro de Japón. Ahora me río de la hora punta en Barcelona. A pesar de eso, yo seguía con mi sonrisa y mi cara de "me gusta todo". La foto es del día siguiente por la mañana. Por suerte no era hora punta.

                                                                                                            

- El contraste entre el color gris cemento y la espesa vegetación: Es una ciudad con mucha humedad y eso provoca que cualquier esquina esté cubierta por un verde intenso.
                                                                                                 

- La contaminación: En Sao Paulo viven 40 millones de habitantes. No todos tienen coche, por supuesto  pero imaginaos lo que puede ser ese aire.
- Los tremendos aguaceros cada 30 minutos (es un decir): Es algo exagerado cómo cae el agua! Al coger el metro, vi que todo el mundo llevaba un paraguas. Y pensé: "qué raro...". Justo llegar al hostel, patapám, el diluvio!! Qué potencia meu déus. :)
                             

- El Hostel Alice: un hostel familiar donde estuve más a gusto what a bush (va per tu Laura, jeje).



Vuelvo al tema del principio, el de que fue muy intenso. Sí? vamos a ello....
El día relámpago en Sao Paulo no lo recordaré por sus eternos rascacielos. Lo recordaré por la gente del hostel y sobretodo por un amigo con el cual me reencontraba después de un viaje que hizo por varios países. La casualidad quiso que nos encontráramos en mi primer día de viaje. Igual que nos encontramos hace ya unos meses, el primer día que él empezaba el suyo. Aquel día, en Francia, nos mojó la nieve mientras nos despedíamos y en Sao Paulo, la lluvia torrencial.
Empezar un viaje de este tipo y coincidir con personas, como él, cargadas de buena energía y de luz, hacen que me reafirme en la idea de que viajar es pura magia. Esas "casualidades" hacen que viva intensamente el presente despreocupándome de lo que pueda llegar mañana. MUITO OBRIGADA!!

Moraleja: Si planeas, planea lo mínimo. Solo vuela.



miércoles, 9 de enero de 2013

DECISIONES.

Hoy escribiría en catalán. Parece que las palabras prefieran fluir en ese (mi otro) idioma, pero por respeto lo haré en castellano.
Dicen que la vida se resume en decisiones. En mi opinión, se alimenta de ellas. Mi vida la han marcado 3 grandes decisiones. Los que me conocéis sabréis de las que hablo.
Otra gran decisión que seguro me marcará es la de hacer el viaje. La idea surgió hace mucho tiempo, pero la decisión definitiva hace solamente 3 meses, los cuales creía que viviría al máximo, segundo a segundo. Pero no ha sido así. El tiempo se paró en el momento que confirmé el billete. 
Es curioso el funcionamiento de la mente. Nuestra parte idealista nos invita a soñar constantemente. A dibujar la felicidad y a pintar olores a su alrededor. Nos empuja a vivir buscando vientos de libertad. Pero...a nuestra parte más racional también le gusta jugar y ponernos las cosas difíciles. Y en el momento que creí haberme plantado, con el billete reservado, ésta empezó a representar su papel coprotagonista. Empezaron LOS MIEDOS.
Miedo racionales, irracionales, infundados, aprendidos, escuchados, vividos, reales, irreales, etc.
"Miedo: Sensación de alerta y angustia por la presencia de un peligro o mal, sea real o imaginario"
"Miedo: Recelo de que suceda lo contrario a lo que se espera o desea."
Después de leer su definición, solo puedo pensar. Qué puede pasar que sea tan negativo? No es lo que he querido durante mucho tiempo? Por qué le tengo tanto miedo a lo nuevo?
Supongo que esta sensación será normal. Racional dirían algun@s. Y me gusta, por que me siento viva, más viva que nunca.

Hoy, al felicitarme un amigo por la decisión valiente que tomé hace 3 meses me he planteado si de verdad es de valientes o no. Y sinceramente creo que no. 
Creo que l@s valientes son los que van a seguir luchando por una educación y sanidad pública. L@s que siguen creando una sociedad alternativa más sostenible y respetuosa. L@s que van a salir a la calle a gritar hasta quedarse sin voz en contra de todas las injusticias, robos, suicidios-asesinatos, detenciones, recortes, etc. Creo que ell@s SÍ que son VALIENTES.
Ell@s, a pesar de todos los impedimentos y los miedos que intentan meternos en el cuerpo, conseguirán cambiar las cosas gracias al ARTE, a la autogestión, a la convicción de que existe una forma más igualitaria de vivir...y AL AMOR!!!
Por todas esas razones, GRACIAS y a seguir!!